Cambio fundamental: La Persona

Estamos ante un gran reto dentro de las organizaciones en donde no se para de fomentar el desarrollo de la tan ansiada Mejora Continua, pero ésta no será posible desarrollarlo con todo su potencial, si no se aborda el cambio fundamental que necesitan las empresas para ello: Las Personas.

Por favor, que nadie se equivoque, no es posible un buen desarrollo de la Mejora Continua si no se pone en el centro a La Persona (empleados). La Mejora Continua no surge por arte de magia, sino a través del proceso mediante el cual las personas, que son las que conocen lo que ocurre en sus áreas de trabajo, son las que deben indicar qué se puede mejorar. Ésto que parece simple, muchas empresas no lo acaban de captar y por una parte motivan a sus empleados para la mejora y por otra les dan un palo en la forma de entornos de trabajo poco alentadores.

En este artículo abordamos cómo debe ser este nuevo concepto de la Persona dentro de la organización, y espero que pueda ayudar a repensar lo que hacemos dentro de nuestras organizaciones.

¿Qué encontrarás en este artículo?

Nuevo concepto de la Persona dentro de la organización

Todo el conjunto de nuevas características que una empresa debe desplegar (ya las desarrollaremos en un próximo artículo) demandan un cambio en el concepto de la persona en la organización.   

Según J.E.Ricart y J.L.Alvarez indican en su libro “Cómo Prepararse para las Organizaciones del Futuro”, las organizaciones se basan en un concepto del hombre como un recurso más de la empresa[1]. El concepto de hombre-máquina-recurso se ha ido suavizando con el tiempo, pero con una orientación equivocada; se ha buscado mejorar sus condiciones de trabajo, etc. Pero no se ha planteado sustituir el concepto de persona, nuevo cambio que precisan y requieren las nuevas formas organizativas.

El nuevo concepto se aleja de la concepción de recurso  y define a la persona como el objetivo fundamental de la organización que se crea para permitir su desarrollo personal y profesional, elemento que se transforma en el eje inspirador de la nueva organización. Sin este cambio no podemos creer en los equipos, no transformaremos a nuestro staff de controladores en entrenadores.

Por otra parte, en el nuevo entorno, se rompe el sentido de pertenencia, de estabilidad, de seguridad en el empleo, de monotonía y repetición. Habrá mayor movilidad, constante formación y continuo reciclaje. Esto sólo será posible si cambia la actitud de las personas, sus relaciones laborales y los supuestos del papel paternalista de la empresa.

En la cultura empresarial tradicional, la concepción del trabajo está basada en el puesto de trabajo y que pretende la mayor especialización posible, de forma que se asegure una adecuada realización de las funciones asignadas a cada puesto. El campo de mira de la persona queda limitado y atrapado en su campo de actuación. En la nueva concepción de la persona en la organización, se sustituye la división de tareas y la especialización de la persona en las funciones propias del puesto de trabajo, por un nuevo modelo que contempla las mismas funciones y los mismos puestos, pero agrupados en unidades de mayor dimensión.

Según S. Gómez en su libro “La Persona y el Trabajo en la Empresa del Siglo XXI”, la atención debe situarse en vez de “en una persona” relacionada con “un puesto de trabajo”, en un “equipo de personas” relacionados con un “conjunto de puestos” que configuran el área natural de trabajo como el ámbito formado por un conjunto de tareas y funciones que constituyen un todo homogéneo y coherente con entidad propia (figura). Una vez delimitada el área de trabajo con sus funciones y puestos de trabajo, se le encomienda a un equipo de trabajo la responsabilidad de dichas funciones.

[1] Es un concepto mecanicista y poco respetuoso con la capacidad creativa y de iniciativa de la persona. El hombre es considerado como una máquina.

Imagen: hacia una nueva concepción del trabajo.

Con este nuevo enfoque, lo que se intenta es darle a la persona un mayor campo de actuación que sobrepasa los límites del puesto de trabajo. De esta forma se coloca a la persona, la única que puede ser de verdad capaz, creativa y flexible, en el centro de la actividad de la empresa, desplazando al puesto de trabajo.

Esta nueva valoración, la persona pasa a ser de una pieza de un engranaje frío y distante, a convertirse en un elemento clave dentro de un equipo de trabajo ilusionado por un proyecto colectivo. La puesta en práctica de estos nuevos conceptos requiere de una aceptación favorable de los empresarios y sindicatos, no como un nuevo invento, sino como una necesidad real del mundo de la empresa.   

La revalorización de la persona como elemento clave de la empresa, capaz de pensar, aportar nuevas ideas, crear nuevos proyectos, etc., tiene que ser el auténtico soporte de todas las acciones que se lleven a la práctica (ver imagen).

Imagen: Un nuevo enfoque del trabajo y de la persona dentro de la organización.

En definitiva, la nueva concepción organizativa viene dada por las siguientes condiciones:

  • Se rompe la rigidez del puesto / monotonía / rutina.
  • Se amplía el contenido: Nuevos horizontes.
  • Se forma a la persona y se le ofrece campo para su desarrollo personal.
  • Oportunidad de demostrar su valía.
  • Se alienta la iniciativa y la creatividad.
  • Se consigue mayor visión de conjunto.
  • Se integra a las personas en un equipo y en un proyecto.

Por todo ello, la organización gana en:

  • FLEXIBILIDAD
  • MOTIVACIÓN
  • CONOCIMIENTOS
  • INTEGRACIÓN

Lectura recomendada

Para ampliar conocimientos sobre el tema del presente artículo, recomiendo la siguiente lectura imprescindible para la gestión empresarial actual y futura:

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